Contraste. El Ganso de los hinchas de Atlético Argentino y el pelotón cruzando la cancha del Malvinas.
Las quejas por parte de los dirigentes se multiplican. Desde que empezó el año varios clubes han sufrido más de un dolor de cabeza para consensuar la realización de un partido con la Policía.
El último fin de semana los más enojados fueron los de Argentino. Durante la semana no les confirmaba la Policía si iba ir con ambas hinchadas o sólo con los locales. Al final se jugó como estaba previsto en el Malvinas, pero desde el Ministerio de Seguridad pusieron algunos condicionamientos.
Uno de ellos fue la nula venta de entradas en el Malvinas, lo que mermó la cantidad de público y perjudicó al Boli (aunque hubo en el velódromo). Otra fue la prohibición para los hinchas para ir en camiones que cumplió la Academia pero no Guaymallén. Después los hinchas de Argentino dispersos se dedicaron a hacer destrozos en la plaza Independencia. Si hubieran ido en camiones y escoltados por la policía habría sido otra la historia.
A Murialdo le bajaron el pulgar recién el viernes: no podía jugar en su cancha el sábado porque según la policía faltaban arreglos en el alambrado (para un partido de no más de cien personas) y debió salir corriendo a buscar otra cancha para no quedar descalificado del Torneo del Interior, ya que a esa altura no se podía postergar su encuentro ante el Deportivo La Punta.
Por su parte, el plantel de Huracán LH se mostró disconforme con el trato recibido en San Rafael.
Éstos fueron algunos de los inconvenientes en la relación entre los clubes y la policía, que no está pasando un buen momento. Todo se traslada a la programación de los partidos y los operativos de seguridad. Los hechos de violencia siguen a pesar de que las fuerzas del orden obligan a restringir el ingreso. ¿Habrá solución?
Fuente: Uno.
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