
Lesionado. Cae Oscar Negri y sufre luxación en el hombro izquierdo. Debió ser remplazado por el juvenil Lescano.
El grito quedó atragantado. En el medio de esas gargantas ansiosas que esperaban para sacarse el gusto del final. Porque Sebastián Ferrero, aquel que fue héroe de la noche de hace unas semans ante Aldosivi, esta vez falló.
El grandote tomó la pelota y le dio con toda la fuerza al travesaño. No pudo ser triunfo y el partido se cerró con un empate que le cae antipático a cualquier hincha. De local “no se regalan puntos y menos se pierden triunfos con un penal sobre la hora”, se lamentaba un hincha.
Y a esta Lepra, que no tiene mucho para despojarse y desperdiciar, le vino un penal en tiempo de descuento y lo escapó.
“Un penal es una lotería” suelen decir algunos futbolistas y otros más realistas dicen que “penal bien tirado es gol”. Así de simple. Quédese con la propuesta que quiera.
Anoche en el Gargantini Independiente contagió de fútbol su banda derecha sólo en el primer tiempo. Por ahí se movía De la Vega, casi como un volante ofensivo, y el relevo lo tenía con Martín Gómez.
La mala fortuna de Negri -lesión en un hombro a los 22’- lo marginó para darle lugar al juvenil Federico Lescano, que se desbordó con la responsabilidad de jugar en la B Nacional.
Al final de la primera etapa hubo falta a Gómez y avivada de Giarrizzo para habilitar rápido a De la Vega, que terminó por el píso del área. Penal del Hormiga y gol.
Pero a Ben Hur lo concientizaron en la segunda etapa para hacer posible su recuperación. Y a los 2 minutos Zanabria mandó el centro que Echagüe convirtió de cabeza.
Los de Rafaela se ordenaron y se animaron. Salieron a buscar balones más adelante ayudados por jugadores como Sergio Zanabria que contiagan orden con desplazamientos inteligentes.
Ben Hur ocupaba todo el terreno y no dejaba brechas. De la Vega no tenía tanta libertad, a Gómez no le llegaban los balones limpios y la ofensiva de los locales perdía fuerza y precisión. O directamente no había.
El desorden local, por pretender ganar en su cancha, lo llevó a cometer los lógicos errores de la rapidez mal utilizada.
Pero a todos les gusta ganar como sea y si es sobre la hora mejor. Esta vez Ferrero apuntó muy alto y el sexto penal consecutivo a favor (en los últimos cuatro partidos) fue a dar en el travesaño. Para algunos mala suerte. Para otros, mal pateado.
Fuente: Uno.
Fuente: Uno.
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