
Implacable. Javier Villaseca, artillero del equipo y del grupo. Ante Estudiantes (Río IV) no pudo marcar.
Con sensaciones encontradas. Así terminó el Cruzado una vez que el choque contra Estudiantes de Río Cuarto era historia juzgada.
Bronca e impotencia era el común denominador en los jugadores de Maipú por haber dejado escapar dos puntos importantes en el descuento, pero a la hora del balance final el objetivo propuesto está cumplido. Terminó primero en la zona y demostró que es un serio candidato al ascenso.
¿Por qué no pudo contra un equipo que disparó solamente dos veces al arco? Es una pregunta que tiene dos respuestas. Se durmió en la pelota más importante del juego y el celeste acertó con Casasnovas, mientras que antes desperdició varias situaciones claras de gol para liquidar el compromiso. Tanto por deficiencias propias en la definición como por la enorme tarea de Martín Herrera, quien tapó tres mano a mano en forma espectacular.
Más allá de haber convertido en figura al arquero visitante, no fue la mejor actuación de los hombres maipucinos. El conjunto no encontró nunca lucidez a la hora de generar fútbol (Gullace fue muy intermitente) y se llevó por delante al rival a base de empuje y temperamento.
Resultó clave el ingreso de Javier Paratore, ya que sobre el sector izquierdo desbordó cada vez que se lo propuso y complicó a una defensa que hasta ese momento no había sufrido sofocones. Además fue el hombre que pudo vulnerar al ex guardameta de Estudiantes de La Plata y Alavés de España.
El Cruzado tiene individualidades que marcan la diferencia y por eso puede dar mucho más de lo que evidenció la noche del domingo.
Por eso terminó arriba y mirá con optimismo el 2008.
Fuente: Los Andes.
Fuente: Los Andes.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario