martes, 18 de diciembre de 2007

¿Por qué no soñar con el ascenso?


Con dos goles de Sebastián Pérez y otro de Ángel Andrade, Argentino volvió a ganarle a Atenas en Río IV.
Si el partido frente a Atenas se hubiera jugado en Mendoza, los medios se habrían hecho eco de un actuación magnífica del equipo de Leopoldo Luque. Y fue una tarde-noche soñada para el Atlético Argentino, un equipo que estudió a su rival y que cuando se lo propuso le dejó al descubierto todas sus falencias. También, estas fueron las cartas de triunfo del conjunto de San José.
Si bien muchos pueden hablar de que el Boli es “Portillo Alvarenga dependiente”, en Río IV aparecieron otros hombres que no borraron el trabajo del goleador paraguayo. Ellos se sumaron a una lista de variantes importantes con las cuales Argentino tiene para poder pelear el ascenso, tales los casos del Rulo Pérez, Ángel Andrade o más de lo conocido que aporta el “Niño Terrible” Matías Delclaux.
Sí, leyó bien, el ascenso. Esta palabra puede sonar apresurada para una institución que está dando sus primeros pasos en la categoría, pero quienes estuvieron en el coqueto estadio de Atenas, se fueron desbordados de optimismo.
Fue como en una pelea de boxeo, en donde el retador espera su momento para ensayar su estrategia de triunfo. Es que, como siempre se dice en el fútbol, Argentino aguantó los primeros 15’ de juego y después empezó a ganar protagonismo a partir del crecimiento en confianza de la línea de volantes y de los dos delanteros. Estos, aunque parecían estar aislados del resto del equipo, se las ingeniaron bastante bien para poder acarrear peligro. Aunque, es cierto, para poder ganar, muchas veces hay que saber sufrir, y al Boli qué le van a contar de sufrimientos.
Tan calculada y bien planificada estuvo la historia, que una vez que Argentino salió airoso de dos jugadas que bien pudieron terminar en gol, se dio cuenta de que en una cancha chica, si se juntaban un poco más los hombres que mejor trato de pelota tienen (Pérez, Delclaux y Mut), podrían complicarle el trámite a un conjunto que parecía saberse ganador de antemano. Nada más alejado de la realidad.
Argentino llegó a Río IV con una sequía de cuatro partidos sin victorias, por lo que había que hacer un buen papel. Y vaya si lo hizo el equipo de Luque, justamente un hombre que sabe de finales ganadas.
Fue un triunfo con mayúsculas. Con un equilibrio digno de todo equipo que desea ser protagonista en un torneo y eso que este Atlético Argentino desperdició cuatro fechas. De lo contrario, por estas horas, muchos se estarían preguntando y analizando las claves de este conjunto que tiene en su humildad, la gran virtud.
Fuente: Los Andes.

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