jueves, 13 de diciembre de 2007

Lamentable gresca en la salida


Enardecido. Osvaldo Gullace, a la derecha, señala junto a un colaborador de Maipú a Adolfo Acuña.
La victoria de Maipú sobre Argentino ya era un hecho consumado y ambos planteles estaban bañándose cada uno en sus camarines. Todo había terminado en calma y tranquilidad, el vestuario del Atlético Argentino, más allá de la derrota, también se encontraba en armonía.
Hasta que esa paz se rompió con la sorpresiva irrupción de Osvaldo Gullace, quien luego de bañarse fue hasta el vestuario de Argentino a saldar viejas deudas con el defensor del Boli Adolfo Acuña, que no jugó el partido de ayer porque estaba suspendido pero fue a apoyar a sus compañeros.
La bronca del volante cruzado con el Chicha Acuña viene del controvertido partido en la primera rueda, aquel de la polémica jugada de Joselito Ortiz, quien ayer tuvo encontronazos con Molina, Imbesi (fueron amonestados ambos) y Echeverría. El hecho es que Gullace bajó las escaleras y fue en busca de un sorprendido Acuña, que se encontraba en el hall.
En ese momento entre insultos y empujones el jugador de Maipú se trenzó a golpes con un allegado de la dirigencia de Argentino que le propinó un fuerte golpe a un descontrolado Gullace que no había quien lo parara. Las piñas iban y venían de un lado al otro, con los policías entre medio tratando de controlar a los dos bandos.
Producto de toda esa batahola rompieron el vidrio de la puerta de ingreso al camarín local. A Gullace nadie lo podía parar y no cesaba de amenazar e insultar a Acuña, que se encontraba del otro lado del grueso vidrio. También Enzo Imbesi fue a apoyar a su compañero en la gresca, y el volante botellero se la agarró con Acuña. Según el defensor del Boli, la bronca venía del primer partido que empataron en Maipú.
Hasta que finalmente la policía pudo parar semejante escándalo y todo se calmó. El hecho fue muy lamentable, porque se dio de parte de los mismos protagonistas, esos que deberían dar el ejemplo y poner un poco de cordura y no echarle más leña al fuego de esta tremenda fogata de violencia en la que estamos viviendo.
Gullace ya había sido protagonista en la pretemporada de una pelea con jugadores de San Martín y en un amistoso con Luján, Carlos Sperdutti lo sacó.
Se la agarraron con el árbitroCuando la terna arbitral encabezada por Eugenio Yevcín abandonaba los camarines fue duramente increpada por toda la dirigencia del Atlético Argentino, que le reclamaban, más que nada, el polémico penal con el que Maipú le ganó al Boli.
Bajo toda clase de insultos y acusándolos de “coimeros y arregla partidos”, los sanjuaninos se fueron del Estadio con custodia policial.
Fuente: Uno.

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