martes, 12 de febrero de 2008

Con presentes dolorosos


Los pibes de Luján festejaron un empate ante Unión de Sunchales. Si bien el punto sirvió, mantener la categoría será todo un desafío para los juveniles.
Hay un dicho que dice que los pibes ganan partidos, pero no campeonatos. En este caso, Luján necesita que estos pibes maduren de golpe y traten de ganar el campeonato para salvar al equipo de caer en un descenso que podría ser catastrófico, en la parte institucional.
La parte buena de esta historia es que los hinchas violetas pueden ver a los jugadores del futuro, quizá a los que dentro de un tiempo jugarán como unos experimentados, aunque algunos ya lo parecen.
Ante Unión de Sunchales, uno de los mejores equipos de la categoría, la garra de Carrazana, la seguridad de Royo, la experiencia de Pedernera y la “caradurez” de varios chicos que quieren al club, hicieron que los hinchas se ilusionaran.
Pero que el árbol no les tape el bosque y antes de soñar con la clasificación o exigirle demás a estos pibes, los hinchas deben pensar que estos juveniles tienen la dura responsabilidad de poner la cara por la entidad y por eso harán todo para dejar a Luján una temporada más en el Argentino A, una mochila bastante pesada para juveniles que no llegan a los 20 partidos en primera.
Un Lobo herido en el honor
El domingo en la noche, luego del empate con Libertad de Sunchales por la fecha 21 (interzonal), un grupo de hinchas decidió esperar al cuerpo técnico encabezado por Marcelo Vázquez para dialogar y reclamar por mejores resultados. Lo cierto es que la reunión, con algunos dirigentes presentes como mediadores, consistió en el planteo de la gran preocupación por el presente de Gimnasia. El entrenador prometió trabajar duro para que los resultados se den y pidió a la hinchada más paciencia de la que han tenido porque confía en el trabajo que se está realizando. La “33” acentuó a modo de análisis los puntos que se han perdido en las cinco fechas que se han jugado en la era Vázquez. De 15 puntos posibles sólo se consiguieron 3. Una realidad que el Lobo padece, sin poder encontrar una fórmula de juego con resultados positivos.
El tema siempre es el marcador. El domingo se jugó bien de la mitad de la cancha hacia adelante, pero cuando su rival Libertad -para nada inocente- se fue de contragolpe siempre “hirió el orgullo” de los hombres de la defensa. Tanto que Tomassini sacó dos pelotas increíbles que por suerte de los mendocinos no terminó en gol. El arquero Olivera se mostró dubitativo en las salidas pero de a poco tomó confianza, y junto al central pudieron mantener el arco sin más goles que aquel de D’Antoni (tiro libre), por cierto un golazo.
En fin, fue un 4- 4- 2 que sirvió a medias: bien para el ataque, defectuoso para la marcación y recuperación. Porque las sorpresas terminaron en sustos que podrían haberse evitado.
De estar mejor parado, el Lobo podría haber sumado de a tres, ya que el Banana estuvo enchufado, al igual que Ojeda cuando se desplegó por la derecha. Ni que decir de Cipriani, que si hubiera estado con precisión quizá habría marcado dos goles para la victoria.
Ahora habrá que pensar en los 33 puntos en juego, si el objetivo principal es no descender.
Y que haya paciencia no sólo para la gente, sino también para los futbolistas.
Fuente: Los Andes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ya te agrego. un abrazo