
Imagen repetida. Guaymallén arrancó mal (perdía 1-0), pero en el complemento liquidó a los sanjuaninos.
Más redondo, imposible. Fue una tarde soñada, de esas que permanecen en la retina de los más memoriosos y hacen ilusionar hasta los más pesimistas.
Los hinchas de Guaymallén se fueron del Estadio Pedro Alastra, no sólo con la garganta roja de tantos gritos seguidos, sino también con una sonrisa de oreja a oreja porque el Tricolor encontró el rumbo en este 2008 y desde el reinicio del certamen ya se despachó con tres victorias consecutivas y fundamentales.
Atenas de Río Cuarto, San Martín y Alianza de San Juan comprobaron que este del Turco Julio es otro equipo comparado con el del año pasado. Este Guaymallén tiene otra fisonomía. Está más equilibrado en todas sus líneas y ahora, cuando llega al arco rival, lastima de verdad.
El equipo se adaptó rápido al 3-4-1-2 porque tiene jugadores que encajan adecuadamente a ese sistema difícil de ensamblar de un día para otro.
Ayer frente a Alianza, todo pero todo, fue de Guaymallén. Porque, coincidiendo con lo que dijo el Turco Julio después del partido, hasta el gol de los sanjuaninos llegó por un error del propio conjunto de Rodeo de la Cruz.
Porque, injusto como sólo este deporte suele evidenciarse, Guaymallén se fue al entretiempo perdiendo 1 a 0.
Porque, injusto como sólo este deporte suele evidenciarse, Guaymallén se fue al entretiempo perdiendo 1 a 0.
El Italiano no sólo había convertido a Biasotti en figura, sino que había sufrido en carne propia por un error de su arquero.
Pero como había juego, también había esperanzas. Entonces, en el amanecer del complemento aparecieron el amor propio de Luis Pérez y el oportunismo de Carlos Nadalich para empardar la historia.
Fue tal el envión anímico inspirado a partir de ese tanto del jugador nacido en Reconquista, Santa Fe, que en la jugada siguiente, Deltona aprovechó una asistencia del Loco Lillo y estableció el 2 a 1.
Alianza insinuó con haber sentido el impacto. El conjunto dirigido por Víctor Cabello reaccionó y estuvo cerca del 2-2 con un remate de Pacheco que se estrelló en el travesaño.
Alianza insinuó con haber sentido el impacto. El conjunto dirigido por Víctor Cabello reaccionó y estuvo cerca del 2-2 con un remate de Pacheco que se estrelló en el travesaño.
Sin embargo, el Gordo Sánchez combinó con Ramiro Vélez y luego de una una excelente jugada colectiva puso el golpe de gracia. Si a esa altura Rodeo ya era una fiesta, imagínese lo que fue cuando el Turco Julio decidió mover el banco de suplentes para que los relevos redondearan la goleada.
Kily Arrieta, con un cabezazo, y Víctor Baldor, con dos lindas definiciones, le pusieron el broche de oro a la mejor producción de Guaymallén en el campeonato.
Fuente: Los Andes.
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