“Matadores, matadores”. Los jugadores de Talleres festejan con sus hinchas la victoria y el pase de ronda.
El hecho de salir a jugar con la ventaja en la ida (de 3-1 para el Matador) hizo que Andes Talleres saltara al campo con una cierta cuota de tranquilidad. Pero sobre todo en el segundo tiempo, el Cervecero tuvo entre sus filas a un inspiradísimo Claudio Silva, que en una tarde para el recuerdo marcó los dos goles para la victoria de su equipo por 2 a 0 sobre Jorge Newbery de Villa Mercedes. Ahora, el equipo del Taca Chavero deberá vérselas con el experimentado y siempre temible Unión de San Juan.
Manso y tranquilo. Así se mostró Talleres en el primer tiempo, y jugó con la desesperación de los Aviadores, que no se inspiraron en el espíritu del gran Juan Gilberto Funes (vistió esa camiseta en la temporada ’82-’83) y fueron tibios al momento de llegar al arco custodiado por un seguro Leonardo Márquez.
Con la diferencia de dos goles en el global hasta ese entonces, Talleres esperaba y salía jugando por los laterales, sobre todo por el izquierdo, donde Claudio Silva hizo estragos. Y la primera clarita fue un remate de Detona desde 30 metros que se fue besando el palo izquierdo del portero de Jorge Newbery. Claro que la habilitación fue del Enano Silva, quien arrastró la marca de Inostrosa, se perfiló para el centro del campo de juego y le puso la pelota al Flaco.
La clave era esa. Darle la pelota a Silva para que fuese el creador del equipo del Taca, a tal punto que todas las jugadas claras de gol (una mediavuelta de Detona y un cabezazo de Barrera) nacieron en sus botines.
Era el preludio de lo que iba a pasar luego del descanso. A los 6 minutos del complemento, Joel Frites (otro de gran desempeño) se fue hasta el fondo, por la derecha, y con un pase sutil se la puso en los pies para que apareciera la figura de la tarde, Silva, quien definió de derecha al palo izquierdo de un vencido y ya sin chances Barroso.
Desde ese momento Jorge Newbery comenzó a intimidar al Matador. Con el ingreso de Horacio Torres (tuvo dos claritas para empatar) y el trabajo de Sebastián Núñez la visita generaba juego. Pero no era suficiente.
En esa intensa búsqueda por emparejar las cosas, el Aviador dejó huecos claros que los pagó con sangre. Talleres se hizo firme atrás y de contra salió, siempre terminando en los pies de Silva.
Y el premio al esfuerzo fue el segundo gol del Enano, que tras una corrida de mitad de cancha la mandó a guardar, para el delirio de los casi 1.500 hinchas matadores que se ilusionan luego de 26 años de ausencias en torneos de la AFA. Tras un global de 5 a 1, justamente tuvo revancha ante el equipo que lo eliminó en la década del ’80.
Fuente: Uno.
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