lunes, 20 de abril de 2009

Importante empate logró Godoy Cruz ante Newell’s


Gana Caruso. El delantero de Godoy Cruz supera al defensor rosarino y alcanza a cabecear.

Fue “Tombamán”. Un superhéroe que aguantó los ininterrumpidos ataques del enemigo y soportó estoicamente hasta salir vivo, aun cuando parecía estar nocaut.
Y así, como Batman, Superman y Spiderman (el Hombre Araña), Godoy Cruz regresó a su morada sin las manos vacías y con la satisfacción de una misión cumplida ante Newell’s. ¿Cuál misión? La de sumar, porque la otra, esa de jugar bien, será para la próxima.
Se avizoraba otra historia cuando a Caruso le salía redonda la jugada que una semana antes no había terminado en gol ante los jujeños. Esta vez, el Rifle dejaba pagando a Spolli (tras pase de Encina) y no había resistencia en Peratta ante el potente zurdazo del 1-0.
Pero ahí se quedaría el Expreso y apenas iban 10 minutos. Porque desde el minuto once la Lepra rosarina efectuó un monopolio del balón que duró hasta el final.
Por la derecha, por la izquierda y por el medio intentaba el Rojinegro un gol que primero le tapaba Ibáñez a Insaurralde y después a Armani. Y cuando el Loco nada tenía que hacer, el travesaño le decía “no” al incansable Bernardi.
El Expreso sólo atinaba a defenderse con un mediocampo que extrañó demasiado a Figueroa y a Olmedo. Porque Encina se fue desdibujando con el pasar de los minutos y así Caruso y Borghello se veían cada vez más solos.
Era de no creer que el Tomba terminara ganando el primer tiempo, aunque poco le duró la alegría en el reinicio, porque apenas iban 2’ cuando ese escurridizo Leonel Vangioni sacaba un maravilloso zurdazo que se incrustaba en un ángulo.
La reacción de Godoy Cruz no llegó ni ahí, porque lejos estuvo de acercarse al área rival. Y cuando no aparecía la garra uruguaya de Coco Martínez para cortar un embate rival, eran las manos de Ibáñez las que evitaban el segundo ante Mauro Formica y Armani.
Schiavi, Torres y nuevamente Armani (remate en un palo) hacían temblar al Coloso del Parque Independencia.
El Súper Tomba puso el pecho y aguantó todas las embestidas. Así rescató un punto inmerecido, pero con tintes de heroico por no haberse vencido ante el poder del enemigo.
Por eso, y no es mentira, tuvo sabor a triunfo.
Fuente: Uno.

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