lunes, 17 de marzo de 2008

El Tomba de la acción y reacción


Mirada fija. David Ramírez se escapa de la marca de Oscar Carniello anoche en el Malvinas Argentinas. Godoy Cruz puso fervor y reacción y ganó un partido que lo ubica como único escolta.
La irrespetuosa presencia de ese chueco convalida toda acción rara o novedosa. Porque ese muchacho con la número once del Tomba conserva el más astuto factor del futbolista, que hace infalibles sus movimientos que van con viento a favor para sus compañeros.
Y así es más fácil moverse en una cancha con tipos como ese Leandro Caruso, que agiliza ímpetus y moviliza corazones tombinos. Atraviesa rivales, demuele defensas y aguanta fricciones que van a sus huesos. Por ahora, en esta última semana es “el jugador de moda”, es el que indica con goles.
Por eso es motivante para este Godoy Cruz que lanza sus bolas de fuego directas al segundo puesto. Al peldaño inferior a los tucumanos. Oldrá y los suyos ganaron “otra batalla”, como algunos definen a los partidos de fútbol.
Se aguantaron ese golazo de Jonathan López, que sacudía a los 14 mil del Malvinas. Atlético de Rafaela se atrevía mostrando algo de su pasado en Primera A. El ex Boca, Ariel Colzera, con Ribolzi y compañía anunciaban que iban a resultar un rival complicado.
Fue cuando Daniel Garipe indujo que parándose diez metros más adelante tendría más posibilidades de recuperación. Y de ahí empezó a gestarse la “misión empate y algo más”.
Los toques de primera de Ramírez tenían respuesta, Solana generaba juego a partir de sus corridas, Rojas proponía su velocidad por la izquierda y todo se simplificó.
Ramírez, taco de Rojas y definición notable de Caruso para empatar de cara a la tribuna llena. El Tomba se entonaba y apuraba a los santafesinos. El arquero le sacaba un cabezazo a Caruso, también le tapaba una bomba a Ramírez.
Pero a los 37’ Moreyra hizo una pared con Solana que le metió el pase gol a Caruso. ¡Y la puso!La lógica reacción de la Crema llegó en el ST y con más fervor que elegancia llegó al empate (otra vez López).
Entre tantos festejos se olvidaron de que el Expreso no tenía parada y cumplía con el horario de la victoria. Pasó dos minutos después, luego de varios rebotes, le quedó la bola para que el uruguayo Curbelo se subiera al “trencito de la alegría”.
Vibraba la popular sur y el “Vamos a volver...” hacía crujir las ambiciones de ascenso. Falta bastante, pero está en camino.
Fuente: Uno.

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