
Por una cabeza... Javier Sánchez, del Deportivo Guaymallén, intenta dominar el balón. Lo marca Adrián Lisa, de Estudiantes, que se llevó un puntazo de Mendoza.
El eufemismo que dice: “Y..., esto es fútbol” trata de encontrarle una respuesta a la incapacidad ofensiva de un equipo a la hora de definir en el arco rival. Eso les pasó ayer a los Italianos en su cancha.
Guaymallén gozó de todas las ventajas defensivas para imponerse cómodamente a Estudiantes de Río Cuarto, pero al final debió conformarse con un magro empate 1 a 1. ¿Por qué? Porque los goles no se merecen: se convierten o nada de los realizado sirve.
Los 10 puntos de diferencia que tenían en la tabla los Tricolores sobre los riocuartenses se observaron en el trámite del juego. Claro que esa superioridad no pudo ser traducida en la red. Un tiro libre de Javier Sánchez fue desviado con dificultad por Herrera; Nadalich entró solo al área chica pero se demoró, el arquero le achicó el ángulo de remate y perdió el gol de la apertura del marcador.
Otra pared que le tiró Sánchez a Nadalich lo dejó sólo frente al arco, pero otra vez Herrera negó el gol a Guaymallén.
Y la situación más clara para abrir la tuvo Estudiantes: Carboni a los 37 minutos llegó libre al área italiana. Tula retrocedió y el disparo del atacante se fue junto al palo en la única llegada provocada en la etapa inicial.
Sobre el final del primer tiempo, Nadalich habilitó a Arrieta que entró libre, pero otra salida de Herrera impidió el tanto tricolor.
En el segundo período, un enganche y un zurdazo de Arrieta se fue junto a un poste, insinuando el primer peligro de gol italiano. Y en la situación más neta, Nadalich recibió una cesión de Sánchez, eludió al guardavallas visitante pero remató afuera, desperdiciando una vez más el gol. Más tarde, fue el Gordo Sánchez el que pateó afuera. La brisa de aire puro la trajo Baldor, cuando ingresó por Detona.
Y a los 18 minutos, luego de eludir a dos defensores, sacó un zurdazo bajó y señaló el gol del Tano.
Parecía que todo se le simplificaría Guaymallén, porque a los 20 minutos fue expulsado Omar Bogni al cometer una infracción violenta contra Arrieta, dejando a Estudiantes con diez jugadores. De inmediato, Barrera se enojó con el árbitro. Lo insultó, también lo echaron y allí Estudiantes quedó sólo con 9.
Todo estaba dado para que el partido terminara en un concierto en Rodeo, pero se convirtió en un drama. Fue cuando Rodríguez, de tiro libre, igualó para Estudiantes. Entre el asombro, la ansiedad y la desperación Guaymallén terminó dilapidando más ocasiones de gol para ganar claramente un partido, en el que dispuso de todas las ventajas imaginables.
Fuente: Uno.
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